LA AUSENCIA DE UNIDAD
EN EL HOMBRE
¿Cuál es el punto
fundamental de la enseñanza?
El primero, sobre el
cual se insistía más, era la ausencia de unidad en el hombre.
—El peor error es el
de creer en la unidad permanente del hombre.
Pero el hombre nunca
es uno; cambia continuamente.
Raras veces permanece
el mismo hombre, aun por media hora.
Pensamos que un
hombre llamado Iván es siempre Iván.
De ningún modo.
Ahora es Iván, un
minuto más tarde es Pedro y más tarde aún, Nicolás, Sergio, Mateo o Simón.
Pero todos ustedes
piensan que él es Iván.
Ustedes saben que
Iván no puede cometer ciertos actos.
Por ejemplo, no puede
mentir.
Luego ustedes
descubren que Iván ha mentido, y se sorprenden completamente de que él, Iván,
haya podido cometer un acto parecido.
Es verdad, Iván no
puede mentir —es Nicolás el que ha mentido.
Y en cada ocasión
Nicolás volverá a mentir, porque Nicolás no
puede dejar de mentir.
Se sorprenderán al
darse cuenta de la multitud de estos Ivanes y de estos Nicolases que viven en
un solo hombre.
Si ustedes aprenden a
observarlos, ya no necesitarán ir al cine.
Esos Ivanes, Pedros y
Nicolases son todos diferentes: todos ellos se llaman a sí mismos «Yo».
Se consideran todos
como el Amo y ninguno de ellos quiere reconocer a otro.
Cada uno de ellos es
Califa por una hora, hace todo lo que quiere sin tener en cuenta a nadie; más
tarde los otros tendrán que pagar.
No reina ningún orden
entre ellos.
El que toma el mando
es el amo.
Distribuye latigazos
por todos lados y no tiene consideración de nada.
Pero un momento
después, cuando otro toma el látigo, le toca a él ser fustigado.
Y así andan las cosas
toda la vida.
Imagínense un país en
el que cada uno pueda ser rey por cinco minutos y durante esos cinco minutos
hacer de todo el reino exactamente lo que le venga en gana.
He aquí nuestra
vida."
Ouspensky
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